viernes, 17 de septiembre de 2010

Un puñal en la puerta

Desde hace mucho tiempo, desde que me conozco, la forma que tengo para descargarme cuando algo me jode mucho muchísimo, es acuchillar una puerta. Las de la casa de mi madre tiene unos tajos de no creer, ya que fueron víctimas de todos mis amores adolecentes no correspondidos, mis llevadas de materias a marzo, que no me pusieran en primera fila en el espectáculo de danza, o no haber conseguido entrar a un desfile. Cualquier motivo, cuchillazo.
Después me mudé sola, y las puertas siguieron pasando por lo mismo. Es más, cuando me mudé de un depto, la dueña la tuvo que cambiar por lo agujereada que estaba (no le hacía falta mirilla, parecía de malla cima).
Sin embargo, hace varios años que no pasaba nada o al menos no me había dado por eso. Hasta hoy. Hasta hace dos minutos donde mis problemas de adulta se encontraron con mis problema de adolescente en la parte de atrás de la puerta del baño de casa de mi madre. Y como era de esperarse, los tajos fueron más grandes, y más profundos, tanto así que los de niña parecen picadas de mosquito.
¿Me siento mejor? No, en lo más mínimo, pero es lo que hay, es la única forma que conozco de descargarme además de llorar (cosa que se hace a dúo con las puñaladas).
¿El motivo? Me lo reservo, son cosas mías. Pero si hay alguien que lea ¿cuál es su manera desquiciada de descargarse?¿O acaso soy la única persona "normal" a la que se le pianta una tuerca cada tanto?

sábado, 31 de julio de 2010

Esa estúpida radio mental

Hoy es uno de esos días en los que miro alrededor y pienso que todo está mal, que todo es un bajón, que mi vida es mediocre y que sería mejor que me tirase a un pozo lleno de cocodrilos anoréxicos. Y me da bronca que mientras quiero autoflagelarme rumiando los hechos de mi vida que me disgustan, la radio de mi cabeza empieza con la cantinela "hay gente que está peor". Yo intento hacer que se calle, y le empiezo a enumerar toda la gente que conozco que tiene mi misma edad y que puede contar con esas cosas que yo carezco. Entonces la muy soreta me dice "Bueno, pero pensá en todas las cosas que tuvieron que pasar o que están pasando además de tener esas cosas que vos querés". Y yo le retruco que si bien tiene razón, y que siempre hay una de cal y una de telgopor, no me importa porque yo sé que lo que quiero no lo tengo. Y ahí va y me dice que soy una pelotuda, que siempre me estoy quejando y que sería mejor que me tire en un pozo lleno de cocodrilos anoréxicos.

Moraleja: mi conciencia es igual de intolerante a la pelotudeces que yo.
Moraleja bis: tengo razón.

miércoles, 28 de julio de 2010

Priceless

Ir a hacerte una ecografía para controlar tu DIU, el cual te dijeron estaba mal colocado y que te "pueden meter un gol en cualquier momento", descubrir que el fierro está de mil maravillas, y justo justo cuando vas al baño a mear mientras el tipo hace el informe, descubrir que te acaba de bajar, definitivamente NO TIENE PRECIO.

martes, 27 de julio de 2010

PSSSSSSSSSSSSSSSSS

Me da mucha bronca, pero mucha bronca, ir a hacerme una ecografía de rutina, teniendo turno, frunciendo para que no se me escape un chorrito de pichí, llegar a la ventanilla, y que la secretaria me diga: "Ay, el doctor se tuvo que ir".
Sinceramente, si no fuera una persona decente y educada, debería haberle meado el escritorio.

sábado, 16 de enero de 2010

Sueños

Siempre pude programar lo que quería soñar a la noche. Si me mentalizaba, podía lograr soñar por ejemplo que iba en un yate por el mar Egeo con Brad Pitt de acompañante. Es una rasgo interesante, por que también puedo modificar lo que sueño. Es decir que si mi inconsciente decide que el yate naufraga y a mi no me gusta la idea, logro que no naufrague y sigo en mi crucero lujurioso con el bello rubio. No se si se entiende la idea, pero la quiero subrayar por que hace dos noches que no consigo hacer eso; dominar mi sueño. Y me molesta sobremanera. Y me molesta tanto más por que a mi inconsciente, cansado tal vez de mi dominación y capricho, me muestra a personas del ayer, a quienes no vi más ni de las que tengo ninguna información. De modo que cuando despierto, los extraño, pero no puedo hacer nada al respecto, puesto que ya no están a mi alcance.
Pero voy a tomar el toro por las astas: esta noche voy a estar preparada. Voy a programarme y voy a soñar con que mi inconsciente tiene nombre y apellido y se llama Romualdo Perez Gomez y q es buscado por el FBI, y yo voy a ser una agente especial encargada de atraparlo y meterlo preso. A lo mejor le da miedo y se deja de molestar con recuerdos encarnados en actualidades, y me deja soñar tranquila con Brad Pitt masajeándome las patas en un yate en el Egeo.